Un organismo de beneficencia, debido a su estrechez económica, no está en condiciones de erogar grandes cantidades en sueldos; allí está uno de los principales motivos para considerar más seriamente el trabajo voluntario.
Invitemos a personas con experiencia.
El organigrama no distingue entre remunerados y no remunerados y entre los voluntarios pueden y deben buscarse elementos que desahoguen actividades relacionadas con su profesión o especialización; hay muchos voluntarios que llegan espontáneamente, aunque quizá entre ellos no se encuentre la persona idónea, ese será el momento preciso de encontrarla, gente con experiencia y capacidad y, por encima de todo, con deseos de cumplir su compromiso social.
Esto no significa que sólo se apreciará la ayuda de los voluntarios más preparados para desempeñar tareas de alto rango; todo voluntario es bienvenido, aunque hay algunos con ciertas habilidades que son especialmente necesarios, bien sea porque el tipo de servicio que aportan tiene un costo elevado en el mercado.
Se debe colaborar en lo que se sabe hacer
Lo importante es poner a trabajar el entusiasmo del voluntario. ¿Cómo? Preguntándole qué es lo que sabe y puede dar al proyecto. Los voluntarios sienten que son más útiles en tanto desarrollan actividades en las que tienen sobrada experiencia y aptitud.
Al principio, cosas fáciles a los nuevos voluntarios.
Probablemente resulte sencilla la responsabilidad, incluso mínima para los que desesperan por un mejor futuro para la obra; sin embargo, no es conveniente excederse en las tareas asignadas a los voluntarios, ni en carga ni en dificultad, porque podríamos provocar su cansancio o su desmotivación; es importante reservar fuerzas para tiempos difíciles o, mejor aún, para ir elevando el grado de complejidad de las responsabilidades de los voluntarios y para eso, sin duda, se necesita guardar la calma a fin de no agotar una fuente de ayuda operativa.
Debe darle una base de conocimiento de la institución
Por otra parte, los voluntarios deben recibir, como todo nuevo personal que ingresa a un plantel, la inducción más adecuada y completa sobre el objeto y funcionamiento de la Institución, siempre hay que tener presente que el voluntariado es un promotor más –como todos los que integran el organismo- y es fundamental que tenga conocimientos precisos de lo que se hace, con el propósito de no crear falsas imágenes en el exterior al momento de difundir la obra. No se trata de enterar al voluntario de todo cuento ocurre, con lujo de detalles y minucias, sino de proporcionarle la información que el necesita para realizar su trabajo, ya sea dentro o fuera de la Institución.
Al voluntario que se le reconoce, durará
Reconocer abierta y continuamente el servicio del voluntariado se convierte en garantía de persistencia y fidelidad. La valoración del desempeño es una necesidad de todo ser humano y los voluntarios, pese a su desprendimiento material o económico, no están exentos de tal sentimiento; debido a ellos, se vuelven imprescindibles las muestras de agradecimiento para su trabajo, ya sea públicamente o con obsequio significativos que estimulen su permanencia en el proyecto.