Siguiendo con nuestro Plan vamos a hacer una lista de las personas "profesionales" que vamos a necesitar. Ejemplo: si yo voy a poner un hospital; mi “Plan del proyecto” me va a decir que necesito doctores, enfermeras,
paramédicos, personal de limpieza, etc. La lista de todos los puestos de la institución debe describir el perfil que debe cubrir la persona que va a ocupar cada puesto y cuáles son las actividades del puesto y sus responsabilidades. Cada persona debe tener bien claro qué es lo que se espera de ella, a qué se está comprometiendo y cuáles van a ser los índices de calidad que su trabajo debe cumplir.
Cuando en una institución los puestos ya existen, pero nunca se ha hecho por escrito esta “definición de puestos”, lo más recomendable es que se haga en forma conjunta entre el Director y la persona que está ocupando cada puesto. Así, a cada uno le quedará bien claro, que al aceptar el puesto, acepta las condiciones y las responsabilidades de ese puesto; y debe hacer un compromiso de cumplir con los índices de calidad establecidos para el puesto. Con toda esta información vamos a ir creando nuestro “Manual de Operaciones” de la organización. Cada persona al ingresar, debe conocerlo y tener bien claro todo lo que compete a su puesto y al de sus subordinados.
5.- LA MISIÓN ES SIEMPRE LO MÁS IMPORTANTE DE TODO
En una institución “Profesional”, todas las decisiones se toman siempre, eligiendo la opción que sea mejor para el cumplimiento de La Misión. Por eso es básico tener nuestra Misión claramente definida y colocarla en lugares donde todos puedan verla. Todas las personas deben tener bien arraigada la convicción de que la Misión es lo más importante que hay; y que la debemos anteponer a cualquier interés de tipo personal. Esto es lo que quiere decir "ponerse la camiseta".
Un gran número de problemas en las organizaciones, se deben a que la gente no tiene bien clara la Misión y no la toma como lo más importante. En ocasiones, la cabeza de la organización es la primera que “no trae bien puesta la camiseta” y desde ahí se está partiendo mal. Cuando las personas están más preocupadas por su imagen que por la Misión, buscan el protagonismo, no aceptan ideas nuevas, no delegan, bloquean el trabajo en equipo. Esto es algo que sin darnos cuenta, nos puede estar pasando a nosotros y es una trampa peligrosa, que nos daña en lo personal y daña a la institución. Quizás es un problema que tenemos, pero que sin darnos cuenta lo estamos negando. El saber reconocer en mí este error y empezar a corregirlo, me hará crecer a mí como persona (será una prueba de honestidad y de humildad) y le hará un gran bien a mi institución.
Es normal que dentro de todas las organizaciones se den diferencias de opiniones. Pero será fácil ponerse de acuerdo si todos están de verdad comprometidos con la Misión, porque entonces las energías ya no se van a encausar a demostrar quien tiene la razón, sino a ver cuál de las alternativas sirve mejor para lograr la Misión. Si traigo bien puesta la camiseta, aceptaré la decisión que se tome, aunque haya sido propuesta por la persona que opina diferente a mí. Poner la Misión por encima de cualquier interés personal, es el primer paso en la profesionalización de todas las personas que integran cualquier organización.
Poner siempre la Misión por encima de cualquier interés personal,
es el primer paso en el camino de la profesionalización;
y es sin lugar a duda, ...el más importante de todos.
|