10.- SER PROFESIONALES A TODOS LOS NIVELES
Cualquiera que sea el puesto de la persona, la verdadera medida de su profesionalismo está en dos aspectos: Primero; traer la camiseta bien puesta. Segundo; hacer siempre su labor, siguiendo la descripción de su puesto y cumpliendo con los índices de calidad especificados en el Manual de Operaciones de la institución, para dicho puesto.
Es frecuente que en los niveles medios y bajos del organigrama, se den divisiones, envidias, rivalidades y grupos de poder. Esto se debe, como ya mencionamos, a que no se tiene a la Misión como lo más importante y se anteponenen a ella, los intereses personales y los de su grupo. En este punto, será decisiva la labor del director o la directora, para realizar estrategias de integración del equipo de trabajo y motivación individual en el grupo. La asesoría de personal externo con experiencia en esta área, puede ser de gran ayuda.
También es muy importante detectar aquellos casos en los que la propia problemática personal de quien está generando los conflictos, no le permite hacer los cambios internos en su persona, que son indispensables para integrarse al trabajo en favor de la Misión. Cuando éste sea el caso, hay que retirar a esa persona de la organización. Al reclutar a quien lo vaya a sustituir (y cada vez que se contrate personal nuevo), es imprescindible que el candidato cubra el perfil del puesto, de acuerdo a la descripción del Manual de Operaciones de la Organización. Y lo más importante de todo: que sea una persona con vocación de servicio; que le guste el proyecto y que se “ponga la camiseta” al 100%.
11.- LOS SISTEMAS TAMBIÉN
Para que las personas puedan hacer una labor profesional, es necesario que los sistemas de trabajo y los procedimientos establecidos para hacer las cosas, sean también lo más profesionales posible. Si se utiliza el baño para lavar los platos, la higiene nos dejará con dudas. Si la contabilidad se lleva en papeles que andan por todas partes, no vamos a saber “dónde quedó la bolita”. Si se utiliza el mismo lugar para almacenar la comida, la ropa, la pintura, las herramientas y el abono del jardín… tenemos un serio problema.
La improvisación y la falta de organización es todo lo contrario a la profesionalización
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En el Manual de Operaciones se deben establecer todos aquellos procedimientos que no sean evidentes; es decir, indicar qué herramientas o materiales se deben utilizar, qué se debe hacer primero y qué después, cómo se verifica que las cosas se hicieron bien, qué reporte hay que llenar, quién lo supervisa, ...etc.
Tratando de describir cómo son los sistemas “profesionales”, podemos volver a la definición que usamos al principio: ...es hacer las cosas, como las hacen las empresas más profesionales. En este punto, el apoyo de los dos grandes pilares de la organización, parte en sentido contrario, es decir: es necesario que el área de Procuración de Fondos trabaje en forma muy profesional, para conseguir los elementos que permitan al Director y a su equipo, tener sistemas de operación más profesionales en la institución.
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